Al amparo del Plan de Desarrollo, los grandes seguirán siendo grandes y los pequeños continuarán avanzando a paso de tortuga.
Pese a que en el prólogo del Plan Plurianual de Inversiones se plantea una repartición de recursos para inversión, con la intención de empujar a las regiones de mayor atraso económico y con mayores niveles de necesidades básicas insatisfechas. Los montos más altos le corresponderán a Antioquia, Bogotá, Cundinamarca, Santander y Valle.
Todo se debe a que la asignación se hace con el criterio de entre más habitantes se tengan, más dinero se recibe. Vale recordar que el Departamento Nacional de Planeación intentó utilizar una forma distinta de regionalizar los recursos, a través del método conocido como Iendog, que no gustó en el Congreso, por lo que fue rechazado.
De los 564 billones de pesos que costará el Plan Nacional de Desarrollo, a las regiones les tocarán 418 billones, el resto será para gastos nacionales. La distribución, a simple vista, está llena de contrastes. Entre los dos que encabezan la lista alfabética de departamentos del país: Amazonas y Antioquia, el primero cuenta con 72.858 habitantes, y el 44,4 por ciento de su problación tiene necesidades básicas insatisfechas. Los recursos que le asignarán para el cuatrienio ascienden a 1 billón de pesos y los principales proyectos que le ayudarán a financiar son bastante tímidos, como la sede de la Defensoría del Pueblo en Leticia y un proyecto de transporte para la navegabilidad del río Amazonas. Además, con esta plata tendrán que iniciar 520 viviendas en el 2014.
Antioquia, entre tanto, contará con 41,6 billones de pesos. Claro está, la población de este ente territorial es de 6’143.709, cifra menor al número de habitantes de Bogotá, que cuenta con 7’467.804 de personas, por lo que tendrá la asignación más alta, 46,2 billones de pesos, muy cercana a la de Antioquia. Dentro del largo listado de proyectos paisas, hay 12 relacionados con infraestructura vial, la mayoría de ellos de grueso calibre, como la Autopista de la Montaña, el Canal seco Urabá-Cupica, la la transversal de las Américas y el Sistema Integrado de Transporte Masivo del Valle de Aburrá-Metroplus, entre otros. Estas obras son las que más impulsan el desarrollo de una región.
Por supuesto, el Plan de Desarrollo advierte que las asignaciones, especialmente en lo que tiene que ver con las vías terciarias, se hicieron con base en los parámetros de preasignación de recursos del Invías.
Entre los más pequeños
El monto más pequeño lo recibirá Vaupés (700 mil millones de pesos). En este departamento sólo hay 41.965 habitantes, pero el 54,8 por ciento tiene sus necesidades básicas insatisfechas. Entre los proyectos a los que les apuntan está el mejoramiento del aeropuerto de Mitú y el destronque del río Vaupés. Aquí empezará a jugar el tema del que tenga más ‘agallas’ para presentar macroproyec- tos con un impacto más allá de las fronteras del departamento. Entre los que recibirán menos también están Guainía, Guaviare, Vichada y San Andrés, todos con una cifra inferior a 2 billones de pesos. Sin embargo, en la asignación de recursos por habitante ocupan los primeros lugares.
Con el Plan, la meta es reducir la pobreza, promoviendo el desarrollo en los rincones más apartados del país.
Casanare y Arauca, con más recursos por cada habitante
Por el lado de los ingresos que obtendrán los departamentos, por cada habitante que tienen en su territorio, Casanare y Arauca, dos regiones petroleras, salen ganando. El primero tendrá 35,27 millones per cápita y el segundo 24,74 millones. En la cola de este listado quedaron justamente los más desarrollados: Antioquia, Bogotá, Atlántico y Valle.
Para Arauca la asignación prevista es de 6,2 billones de pesos. A diferencia de Antioquia y Amazonas, en los que la sostenibilidad ambiental y prevención del riesgo se llevan la mayor tajada, por haber sido afectados por la ola invernal, en esta región, la mayor inversión debe hacerse en las llamadas locomotoras del crecimiento y la generación de empleo. Las 3.444 viviendas que tienen como meta, seguramente permitirán generar la mayor parte de esos puestos de trabajo.
Otro departamento que recibirá un fuerte apoyo para su desarrollo futuro será el Atlántico, al que le asignaron 13,6 billones de pesos que, sin embargo, sólo representan 5,89 millones de pesos por habitante. El mayor rubro aquí será para lo que han llamado igualdad de oportunidades para la prosperidad social, que se lleva casi la mitad de los recursos (6,9 billones de pesos). Con el resto de plata ayudarán a financiar ocho proyectos viales, cuatro educativos, cinco de vivienda, ambiente y desarrollo, tres de cultura y deporte y hasta el Centro de convenciones de Barranquilla. Casi 30 mil viviendas es la meta en la capital del Atlántico.
Siguiendo con los grandes, la plata para Bogotá, 46,2 billones de pesos, tendrá que invertirla principalmente en generar oportunidades para los que hasta ahora, no han tenido chance de nada.
Del Valle llama la atención el largo listado de variables que deberá atender con 27,3 billones de pesos, más de la mitad lo direccionará al crecimiento sostenible y la sostenibilidad. Por habitante, este departamento sólo recibirá 6,17 millones de pesos.
32.57 millones por persona, es el prome- dio de los recursos asignados en el Plan de Desarrollo a Casanare.
46, 2 billones de pesos recibirá Bogotá en los próximos cuatros años, según el Plan de Desarrollo del Gobierno.
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